¿Qué es la acción climática y por qué es urgente actuar ahora?

  • La acción climática implica medidas concretas para mitigar y adaptarse al cambio climático.
  • El conocimiento científico es crucial para diseñar políticas eficaces y anticipar impactos.
  • Acuerdos internacionales como el Acuerdo de París y el de Dubái marcan metas globales.
  • Empresas, gobiernos y ciudadanos tienen un rol clave en la transición hacia un futuro sostenible.

Qué es la acción climática

La acción climática se ha convertido en uno de los temas más urgentes y debatidos en el ámbito medioambiental a nivel global. En los últimos años, los efectos del cambio climático han escalado en intensidad y visibilidad, obligando a gobiernos, empresas, científicos, organizaciones y ciudadanos a replantearse cómo interactúan con el entorno. Sin una respuesta eficaz y colectiva, las consecuencias seguirán agravándose, afectando al planeta y a todos los seres que lo habitan.

Este artículo aborda en profundidad qué significa realmente la acción climática, por qué es imprescindible actuar ahora y cuáles son las principales iniciativas, estrategias, herramientas y ejemplos que se están implementando en todo el mundo para hacerle frente. Se trata de un análisis completo que integra la visión de organismos internacionales, instituciones científicas, organizaciones no gubernamentales y expertos en sostenibilidad.

¿Qué es la acción climática?

La acción climática se refiere a todas aquellas medidas, estrategias y políticas que buscan mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a sus consecuencias. Incluye la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la promoción de las energías renovables, la mejora de la eficiencia energética, la reforestación, la educación ambiental, la resiliencia de las comunidades vulnerables, entre muchas otras acciones.

Su objetivo principal es limitar el calentamiento global a niveles seguros para la vida en la Tierra, según lo estipulado en el Acuerdo de París, evitando que las temperaturas superen los 2 ºC respecto a niveles preindustriales, y haciendo todo lo posible por no sobrepasar 1,5 ºC.

Impactos actuales del cambio climático

En la actualidad, los efectos del cambio climático ya se sienten en todos los rincones del planeta. El aumento de las temperaturas medias, el calentamiento de los océanos, la pérdida de biodiversidad, el deshielo de los polos y la subida del nivel del mar son solo algunas de sus consecuencias más visibles.

En España, por ejemplo, se han registrado más de 2.000 muertes durante el verano de 2023 a causa de las olas de calor. Fenómenos extremos como incendios, sequías, desertificación e inundaciones se han vuelto cada vez más frecuentes. Además, más de 32 millones de españoles ya se han visto directamente afectados por el cambio climático.

El papel de las organizaciones y la ciencia

Instituciones científicas como la Estación Biológica de Doñana y redes como SOMMa hacen hincapié en que la ciencia es esencial para entender y combatir el cambio climático. Su conocimiento es clave para anticipar consecuencias, diferenciar entre fenómenos naturales y alteraciones humanas, y diseñar políticas basadas en evidencia.

El conocimiento científico permite:

  • Planificar políticas de mitigación y adaptación con base sólida y duradera.
  • Evaluar el impacto del cambio climático en sectores clave como la salud, la agricultura y la economía.
  • Generar soluciones tecnológicas como energías limpias, agricultura resiliente, movilidad sostenible y tecnologías de captura de carbono.
  • Combatir la desinformación mediante la divulgación de datos verificables y objetivos.

Marco legal y acuerdos internacionales

La acción por el clima está integrada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas como el ODS 13, que busca reforzar la capacidad de adaptación y resiliencia frente al cambio climático. Además, a nivel internacional, destaca el Acuerdo de París, firmado por 195 países en la COP21 de 2015, con el fin de mantener el aumento de temperatura global por debajo de los 2 ºC.

Recientemente, en la COP28 se aprobó el Acuerdo de Dubái, que establece objetivos aún más ambiciosos: triplicar la capacidad mundial de energías renovables para 2030 y abandonar progresivamente los combustibles fósiles de forma justa y equitativa, para alcanzar la neutralidad climática en 2050.

Las cifras del calentamiento global

Según el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), la emisión global de dióxido de carbono debe reducirse un 45% para 2030 respecto a los niveles de 2010 y alcanzar cero emisiones netas para 2050. No basta solo con reducir las emisiones: también será necesario capturar carbono directamente de la atmósfera para estabilizar las temperaturas.

Los países que más emisiones generan actualmente son China, Estados Unidos, India, la Unión Europea, Indonesia, Rusia y Brasil, siendo responsables de más del 50% de las emisiones mundiales.

La acción desde distintas áreas

El papel de los gobiernos y políticas públicas

La puesta en marcha de políticas climáticas efectivas requiere una combinación de incentivos, normativas y financiación. Como se analiza en el Manual de Acción Climática de Nature.org, una de las medidas más efectivas es poner precio al carbono. El impuesto al carbono, ya implementado en países como Canadá o Reino Unido, incentiva la inversión en tecnologías limpias.

Además, muchos estados en EE.UU. han desarrollado mandatos que obligan a alcanzar el 100% de electricidad libre de emisiones, lo que ha promovido una evolución tecnológica sin precedentes en energía solar, eólica, almacenamiento y redes eléctricas inteligentes.

Contribución del sector privado

El sector empresarial juega un papel clave. Según el Pacto Mundial, las empresas deben diseñar estrategias para reducir emisiones y apostar por fuentes renovables, invertir en I+D+i y fomentar la cooperación internacional.

También se destaca la necesidad de transparencia en la información climática, impulsando reportes confiables y cuantificables sobre impacto ambiental y objetivos de sostenibilidad.

El rol de la contabilidad y los profesionales financieros

Desde la IFAC, se remarca que los profesionales contables son agentes esenciales de cambio al integrar los riesgos climáticos en la planificación estratégica, aportar datos financieros sobre impactos ambientales, aportar seguridad a las divulgaciones climáticas y asesorar sobre cambios fiscales relacionados con el clima.

Apoyo internacional y cooperación

La cooperación internacional es otro de los pilares fundamentales. El objetivo de movilizar 100.000 millones de dólares anuales por parte de los países desarrollados hacia los países en desarrollo, establecido en el marco de la Convención de la ONU, sigue siendo crucial para garantizar justicia climática y equidad.

Se busca asegurar que los países más vulnerables, como los estados insulares o menos avanzados, cuenten con recursos para adaptarse y desarrollar sus economías de manera sostenible. Esto incluye el apoyo en tecnología, infraestructuras y capacitación.

Educación, sensibilización y sociedad civil

La acción climática no puede limitarse a gobiernos o empresas; la ciudadanía desempeña un papel igual de importante. La educación ambiental, la concienciación y la participación directa en proyectos locales son herramientas poderosas para generar un cambio real.

Organismos como Manos Unidas promueven el desarrollo sostenible, exigen transparencia en la toma de decisiones climáticas y trabajan por reducir la desigualdad en la manera en que el cambio climático afecta a las comunidades más vulnerables.

Desde el PNUD, se destacan con ejemplos reales cómo distintas comunidades están implementando acciones transformadoras alrededor del mundo: desde sistemas agroecológicos hasta redes de energía comunitaria.

Aunque el desafío puede parecer enorme, contamos con soluciones tecnológicas, acuerdos internacionales, iniciativas locales e información científica contrastada que nos permiten actuar de forma eficaz. La acción climática requiere una respuesta integral, coordinada y sostenida en el tiempo, donde la participación de todos los actores sea constante y activa, desde los gobiernos hasta cada persona individual.

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