CPS (Complex Problem Solving): cómo dominar la resolución de problemas complejos

  • El Complex Problem Solving es esencial en contextos de alta complejidad y cambio.
  • Supone trabajar con equipos diversos y una orquestación cognitiva adecuada.
  • Las soluciones se logran mediante experimentación, análisis y adaptación continua.

Que es CPS (Complex Problem Solving)

En los últimos años, la habilidad conocida como Complex Problem Solving ha cobrado un protagonismo indiscutible en los entornos laborales, empresariales y académicos. Resolver problemas complejos no es solo una necesidad en puestos de alta responsabilidad, sino una competencia esencial en cualquier contexto donde la incertidumbre, la variedad de variables y la transformación constante sean la norma. Más allá de modas metodológicas como Agile, Scrum o Kanban, la realidad nos empuja a enfrentarnos a retos de una envergadura diferente, donde las soluciones no son evidentes y el camino para alcanzarlas requiere creatividad, pensamiento crítico y una orquestación especial de recursos humanos y técnicos.

Vivimos en una época en la que el acceso a la información es inmediato, pero paradójicamente, las problemáticas que nos atañen se vuelven cada vez más complejas y la respuesta no se encuentra en manuales predefinidos. Es aquí donde la resolución de problemas complejos se convierte en un auténtico superpoder, integrando disciplinas, metodologías y capacidades personales y colectivas para navegar entre el desorden, la ambigüedad y el cambio continuo.

¿Qué es el Complex Problem Solving?

El Complex Problem Solving (CPS) o resolución de problemas complejos, es una disciplina centrada en afrontar y solucionar situaciones que van mucho más allá de los problemas directos y simples. Se trata de entender, analizar y abordar problemas que presentan una estructura poco clara, numerosos elementos interrelacionados, factores humanos impredecibles y una evolución dinámica en el tiempo.

Esta disciplina abarca la capacidad de identificar, comprender y afrontar desafíos en los que no existe una solución obvia ni única, exigiendo un proceso de observación, toma de decisiones informadas y una constante revisión de hipótesis y estrategias.

Según los expertos, el CPS equivale a lo que en filosofía se denomina heurística: el arte o ciencia del descubrimiento. Engloba metodologías, técnicas y herramientas orientadas al hallazgo, la innovación y la mejora continua, así como a la gestión de la ambigüedad y la incertidumbre.

Tipos de problemas: de lo simple a lo caótico

Para comprender la relevancia del Complex Problem Solving, primero es clave distinguir entre diferentes tipos de problemas:

  • Rompecabezas: Son problemas simples con una única solución. Hay un camino claro para llegar a la respuesta correcta, como ocurre con muchas situaciones técnicas o lógicas que tienen un procedimiento bien definido.
  • Problemas: Aunque más complicados que los anteriores, en estos casos existe acuerdo sobre que hay un problema, pero no tanto sobre cuál es el objetivo o cómo solucionarlo. Aquí intervienen múltiples formas de abordaje y debate sobre la mejor vía de resolución.
  • Desórdenes: En este nivel, las problemáticas se componen de múltiples elementos interrelacionados y ni siquiera hay consenso sobre cuál es el problema real. Es el caso de muchos retos sociales, económicos o globales, donde la definición misma del problema ya es cuestionada por las diferentes partes interesadas.

La realidad profesional y social nos sitúa cada vez más en territorios de desórdenes y problemas complejos, en los que las variables son cambiantes, las relaciones no son lineales y la opinión humana añade una capa adicional de imprevisibilidad.

Características de los problemas complejos

Los problemas complejos no solo se diferencian por su dificultad, sino por una serie de características fundamentales que los hacen especialmente desafiantes:

  • Falta de información: No siempre tenemos todos los datos necesarios, y muchas variables pueden desconocerse o no ser medibles.
  • Objetivos contradictorios: Es común que existan varias metas en conflicto, dificultando la priorización de soluciones.
  • Bucles de retroalimentación impredecibles: Pequeños cambios pueden generar consecuencias inesperadas en todo el sistema.
  • Dinamicidad: Los problemas evolutivos cambian su naturaleza con el paso del tiempo.
  • Retrasos entre causa y efecto: Los resultados de las acciones pueden tardar en hacerse evidentes.
  • Incógnitas desconocidas: Hay factores que ni siquiera podemos anticipar.
  • Influencia humana: El comportamiento de las personas puede ser irracional y difícil de prever.

Enfrentar estos factores requiere una mentalidad flexible, pensamiento lateral y una disposición constante a revisar y adaptar los planteamientos.

La importancia del Complex Problem Solving en el entorno actual

En un mundo globalizado y digital, donde la información circula rápidamente y las consecuencias de las acciones pueden ser globales, la capacidad para resolver problemas complejos se ha convertido en una de las competencias profesionales más demandadas. Gobiernos y empresas apuestan por el desarrollo de estas habilidades, conscientes de que las soluciones tradicionales ya no son suficientes para alcanzar el éxito.

Las empresas buscan equipos capaces de analizar la realidad desde distintas perspectivas, cuestionar los dogmas establecidos y encontrar soluciones innovadoras. Este enfoque requiere no solo conocimientos técnicos, sino también habilidades interpersonales, creatividad y pensamiento crítico.

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De la planificación al aprendizaje: vivir en la incertidumbre

Durante mucho tiempo, la gestión empresarial se ha basado en la planificación como herramienta fundamental para mantener el control. Sin embargo, el paradigma ha cambiado: vivimos en una época donde la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad (el famoso mundo VUCA) son la norma.

Esto implica que los planes tradicionales sirven para dar dirección, pero ya no garantizan el éxito. Aprender a convivir con la incertidumbre y reaccionar rápidamente a los cambios se ha convertido en una ventaja competitiva fundamental.

El Complex Problem Solving propone asumir que la incertidumbre es parte del juego y que la respuesta no está en la rigidez, sino en el aprendizaje continuo y la adaptación. De este modo, la frustración y la ansiedad ante lo desconocido se transforman en oportunidades de crecimiento.

El papel de los equipos en la resolución de problemas complejos

Resolver problemas complejos rara vez es tarea de una sola persona. La tendencia actual es la formación de equipos multidisciplinares y diversos, donde la riqueza de perspectivas favorece la aparición de soluciones creativas y adaptadas a realidades cambiantes.

La diversidad aquí va mucho más allá de cuestiones de género o edad; lo fundamental es la variedad de enfoques, experiencias y formas de pensar. Las buenas ideas suelen surgir del contraste de opiniones y de la sana confrontación de puntos de vista.

No obstante, para que estos grupos funcionen de manera efectiva debe existir lo que se denomina orquestación cognitiva: una alineación adecuada entre los miembros, donde la comunicación fluya, se gestionen las emociones y se potencie la colaboración por encima de la competencia interna.

En el contexto de los equipos, la frustración y la capacidad de aprender del error cobran especial importancia. No se trata de encontrar la solución perfecta a la primera, sino de avanzar progresivamente, aprendiendo de los fracasos y ajustando la estrategia.

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Orquestación cognitiva: el secreto de los equipos efectivos

La orquestación cognitiva es un concepto clave en el Complex Problem Solving. Consiste en gestionar el talento y las capacidades de los miembros del equipo de forma que se potencien mutuamente y se minimicen los conflictos. No existen fórmulas mágicas, pero sí prácticas recomendadas, como evitar incentivos que fomenten la competencia desleal y priorizar el bienestar colectivo.

Un equipo realmente efectivo es aquel que se sobrepone rápidamente a las adversidades, aprende de sus errores y es resiliente ante la incertidumbre. La interdependencia y el apoyo mutuo resultan más importantes que la suma de talentos individuales.

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El proceso del Complex Problem Solving: metodología y herramientas

El CPS se apoya en un proceso empírico, basado en la experimentación, la prueba y el error y la medición objetiva de los avances. Lejos de buscar soluciones cerradas desde el principio, el objetivo es ir aproximándose progresivamente al estado deseado mediante iteraciones, análisis y reevaluaciones constantes.

  • Observación exhaustiva de la situación y recolección de información relevante.
  • Análisis de las variables implicadas y formulación de hipótesis.
  • Propuesta y experimentación de posibles soluciones.
  • Evaluación de resultados mediante métricas y ajuste del enfoque según los datos obtenidos.
  • Repetición del ciclo hasta aproximarse a una solución funcional y estable.

Entre las herramientas clásicas y modernas que sustentan este enfoque destacan el análisis de causa raíz, los diagramas de Ishikawa, la metodología Kepner-Tregoe y los diagramas sistémicos. Todas ellas ayudan a estructurar el pensamiento, a visualizar las relaciones entre variables y a descomponer problemas complejos en partes más manejables.

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El componente humano y los sesgos cognitivos

La resolución de problemas complejos implica inevitablemente lidiar con los sesgos y condicionantes del pensamiento humano. Nuestro cerebro, aunque potente, filtra la realidad y tiende a simplificarla, lo que puede dificultar la identificación adecuada de los problemas y la valoración objetiva de las soluciones.

Por ello, el autoconocimiento y la capacidad crítica son aliados imprescindibles. Cuanto mejor entendemos cómo funciona nuestra mente y cuáles son nuestros prejuicios, más preparados estamos para superarlos y tomar decisiones basadas en evidencias sólidas en lugar de intuiciones o creencias infundadas.

Habilidades clave en el Complex Problem Solving

Abordar retos de este calibre exige un repertorio de habilidades bien definido:

  • Pensamiento y razonamiento lógico: Capacidad para deducir y analizar información de manera rigurosa.
  • Visión analítica combinada con síntesis: Descomponer los problemas en partes manejables y recomponer una visión de conjunto.
  • Conciencia situacional y autoconocimiento: Detectar tanto los factores externos como las propias limitaciones y emociones implicadas en el proceso de resolución.
  • Curiosidad y enfoque innovador: Mantener una mentalidad abierta y disposición a cuestionar las verdades asumidas.
  • Capacidad para alternar entre diferentes enfoques: Saber cuándo aplicar una estrategia analítica y cuándo pasar a una más creativa o intuitiva.

Trabajar en la mejora continua de estas competencias supone una diferencia apreciable tanto a nivel individual como colectivo.

Desarrollo y entrenamiento en la resolución de problemas complejos

La buena noticia es que el Complex Problem Solving es una habilidad que se puede aprender y perfeccionar con la práctica y el entrenamiento adecuado. Algunas recomendaciones para avanzar en este campo incluyen:

  • Formarse en pensamiento sistémico y teorías de la complejidad.
  • Experimentar con distintas metodologías y herramientas de análisis.
  • Participar en equipos diversos y practicar la orquestación cognitiva.
  • Enfrentarse habitualmente a fenómenos problemáticos reales, adoptando la mentalidad de un «científico de problemas» dispuesto a desafiar las propias ideas preconcebidas.
  • Fomentar la curiosidad y el escepticismo constructivo, evitando caer en la autosuficiencia o en la creencia de que todo está bajo control.

Aplicaciones del Complex Problem Solving en el entorno profesional

El alcance de la resolución de problemas complejos es transversal: afecta a todos los sectores y áreas funcionales. Desde la gestión de recursos humanos, pasando por el marketing, las operaciones o las finanzas, hasta los grandes retos sociales como el cambio climático o la desigualdad, la aproximación CPS es cada vez más demandada.

La integración de estas competencias en los sistemas de formación profesional y corporativa es una tendencia al alza, y cada vez más gobiernos y empresas invierten recursos significativos para promover la capacitación en este ámbito.

Trabajar en el desarrollo de estas capacidades puede marcar la diferencia entre sobrevivir o liderar el cambio en cualquier organización o ámbito social.

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