- Los chips IPM integran potencia, control y protección en un solo módulo
- Son claves en motores, energías renovables, automoción y electrónica de consumo
- Las nuevas tecnologías GaN y SiC mejoran eficiencia y densidad de potencia

En la actualidad, la electrónica de potencia y los sistemas de control han dado pasos agigantados gracias a tecnologías como los chips IPM, o Módulos de Potencia Inteligente (Intelligent Power Module). Este tipo de dispositivos se han convertido en una solución esencial para mejorar la eficiencia energética y la seguridad de una gran variedad de aplicaciones, tanto en la industria como en productos de consumo cotidiano.
Si alguna vez te ha picado la curiosidad al abrir un electrodoméstico moderno, un inversor solar o el sistema de control de un vehículo eléctrico, es muy probable que hayas encontrado referencias a los IPM. Pero, ¿qué hacen realmente estos módulos? ¿Por qué cada vez son más indispensables en sectores como la automoción, las energías renovables, la automatización o los electrodomésticos? Este artículo está pensado para que salgas de aquí con todas tus preguntas resueltas, desde los fundamentos técnicos hasta las últimas innovaciones y tendencias de mercado. Vamos a desmenuzarlo todo.
Índice
- 1 ¿Qué es un chip IPM o Módulo de Potencia Inteligente?
- 2 Principales características técnicas de los IPM
- 3 Comparativa: IPM frente a PIM y otras tecnologías
- 4 Componentes y arquitectura interna de un IPM
- 5 Familias y tipos de módulos IPM: Compact, Standard y Performance
- 6 Principales fabricantes y modelos destacados
- 7 Aplicaciones principales de los chips IPM
- 8 Circuitos de protección y funcionamiento seguro
- 9 Innovaciones recientes: IPM de nitruro de galio y carburo de silicio
- 10 Tendencias del mercado y adopción global
- 11 Segmentación del mercado de IPM
- 12 Ventajas y desafíos en el desarrollo de IPM
- 13 Ejemplos y casos prácticos
- 14 Perspectivas futuras y desarrollos emergentes
¿Qué es un chip IPM o Módulo de Potencia Inteligente?
Un chip IPM es, básicamente, un módulo de conmutación de potencia de estado sólido altamente integrado que combina en un solo encapsulado los elementos clave para el control eficiente y seguro de la energía eléctrica. Su nombre, Intelligent Power Module, no es casual: son inteligentes porque, además de los transistores de potencia, reúnen circuitos de control, lógica, accionamiento de compuerta y protección, creando una solución todo-en-uno frente a los métodos tradicionales, que requieren varios componentes separados.
El corazón de un IPM suele estar formado por transistores de potencia como IGBT, MOSFET, FET o BJT, junto a diodos rápidos y todos los circuitos periféricos necesarios para su operación segura y eficiente. Esta arquitectura compacta y modular permite optimizar espacio, reducir el coste y simplificar el diseño de sistemas, además de facilitar la integración en placas electrónicas convencionales.
Una de sus grandes ventajas es que los IPM no sólo actúan como simples interruptores de alta potencia, sino que gestionan de forma inteligente eventos adversos gracias a sus sistemas de protección y monitorización integrados. Así, pueden detectar y responder ante situaciones de sobrecorriente, sobrecalentamiento, subvoltaje, cortocircuito y otros fallos críticos, desconectando instantáneamente para prevenir daños mayores.
Principales características técnicas de los IPM
Los chips IPM se distinguen por una serie de características que los hacen idóneos para aplicaciones avanzadas, donde la fiabilidad y la eficiencia energética son elementos clave. Entre los aspectos más relevantes destacan los siguientes:
- Integración de transistores de potencia como IGBT, MOSFET o GaN: La mayoría de los IPM modernos emplean IGBT (Insulated Gate Bipolar Transistor), aunque hay variantes con MOSFET o dispositivos de nitruro de galio (GaN), que permiten trabajar a mayores frecuencias y con menor calentamiento.
- Circuitos de accionamiento y lógica de compuerta incorporados: Estos circuitos aseguran el encendido y apagado seguro y rápido de los transistores de potencia, optimizando el tiempo de conmutación y evitando la conducción cruzada.
- Sistemas de detección y protección avanzados: Permiten identificar situaciones de sobrecorriente, sobretensión, subvoltaje, sobrecalentamiento o cortocircuito, y actuar en consecuencia para evitar daños en el sistema.
- Tamaño compacto y encapsulado optimizado: Gracias a la integración de múltiples funciones, los IPM ocupan un espacio mucho menor que los sistemas discretos, lo cual reduce también el peso y mejora la disipación térmica.
- Alta eficiencia y reducción de pérdidas eléctricas: La tecnología de los IPM está diseñada para minimizar las pérdidas tanto en estado activo como en conmutación, mejorando la eficiencia global del sistema, lo que es clave en aplicaciones como el control de motores o inversores.
- Capacidad de autorrecuperación: Algunos modelos permiten reactivar el funcionamiento de manera automática una vez que desaparece la condición de fallo detectado, contribuyendo a una operación fiable y continua.
La robustez y flexibilidad de los IPM les ha permitido ganar terreno frente a los módulos de potencia tradicionales (PIM) o configuraciones discretas de IGBT, especialmente en aquellas aplicaciones donde la seguridad, la densidad de potencia y la reducción de tiempos de desarrollo son prioritarios.
Comparativa: IPM frente a PIM y otras tecnologías
Para entender mejor el salto que suponen los módulos de potencia inteligentes, conviene compararlos con otras tecnologías como los PIM (Power Integrated Module) y los tradicionales módulos IGBT.
Los PIM, o módulos integrados de potencia, suelen ser módulos de puente trifásico que integran los elementos principales para la conmutación de potencia, pero carecen de los sofisticados sistemas de control y protección presentes en los IPM. Suelen incluir diodos de frenado y circuitos de rectificación, pero dejan la lógica de control y la protección en manos de circuitos externos.
Por el contrario, el IPM va un paso más allá, ya que, a la funcionalidad básica de un PIM, suma:
- Todos los circuitos de control y lógica necesarios para la gestión eficiente del módulo, eliminando la necesidad de desarrollos complementarios.
- Sistemas de protección internos contra fallos críticos, que permiten reaccionar en tiempos extremadamente cortos (por ejemplo, menos de 100 nanosegundos en algunos modelos) ante sobrecorrientes, cortocircuitos o sobrecalentamiento.
- Facilidad de integración con sistemas de comunicación, lo que permite monitorizar el estado del sistema, acceder a registros de fallos o incluso implementar corrección activa del factor de potencia (PFC), algo muy valorado en redes industriales y energías renovables.
En resumen, los IPM pueden verse como un PIM «vitaminado», donde la presencia de inteligencia integrada simplifica el desarrollo, mejora la fiabilidad y reduce los costes globales.
Componentes y arquitectura interna de un IPM
En el interior de los chips IPM encontramos una combinación de componentes activos y pasivos sumamente optimizada. La arquitectura típica incluye:
- Transistores de potencia IGBT o MOSFET, responsables de la conmutación de grandes corrientes y tensiones.
- Diodos rápidos, asociados a cada transistor para proteger frente a sobretensiones y conmutaciones indeseadas.
- Circuitos de accionamiento de compuerta, que suministran los pulsos de control necesarios para abrir o cerrar los transistores de manera eficiente y segura.
- Sensores de temperatura internos, normalmente situados cerca de los transistores para vigilar el calentamiento y actuar si se supera un umbral crítico.
- Circuitos de detección de fallos, encargados de identificar eventos como subvoltaje, sobrecorriente, cortocircuito y generar las señales de bloqueo o alarma.
- Lógica de protección y señalización, capaz de comunicar al sistema externo los eventos detectados y bloquear la operación hasta que se resuelva la causa del fallo.
- En modelos más recientes, se incluyen incluso interfaces de comunicación digital, que permiten monitorizar parámetros, registrar incidencias o interactuar con controladores avanzados.
Todos estos elementos se encuentran encapsulados en formatos sumamente compactos y, en muchas ocasiones, optimizados para montaje superficial (SMD), lo que simplifica la integración en placas electrónicas estándar y reduce el coste de ensamblaje.
Familias y tipos de módulos IPM: Compact, Standard y Performance
El mercado ofrece una amplia variedad de familias de IPM, cada una orientada a necesidades y aplicaciones concretas. Las principales categorías suelen dividirse de la siguiente forma:
- Compact: Módulos de tamaño mínimo y altísima integración, ideales para aplicaciones donde el espacio es crítico. Incluyen soluciones como la gama CIPOS Nano y Micro, muy utilizadas en dispositivos de consumo y sistemas industriales ligeros (ventiladores, bombas, pequeños electrodomésticos, etc.).
- Standard: Ofrecen una gran robustez y simplifican el diseño de sistemas de accionamiento de motor. Pueden encontrarse en formatos montados en superficie (CIPOS Tiny, Nano, Micro y Mini), cubriendo potencias de 20W a 5kW.
- Performance: Pensados para aplicaciones de muy alta potencia o que exigen máxima eficiencia energética, densidad de potencia, robustez y fiabilidad. Son habituales en sectores como la automoción, energías renovables o grandes sistemas industriales.
Aparte de estas familias, existen variantes especializadas según los materiales empleados, como los módulos desarrollados con nitruro de galio (GaN) o carburo de silicio (SiC), que mejora notablemente la densidad de potencia, el rendimiento térmico y la resistencia a altas tensiones.
Principales fabricantes y modelos destacados
El mercado de módulos IPM está dominado actualmente por grandes marcas del sector de la electrónica de potencia. Entre las empresas más relevantes encontramos a Mitsubishi Electric, Infineon Technologies, Fuji Electric, STMicroelectronics, ROHM, ON Semiconductor y Sensitron, entre otras.
Cada fabricante dispone de varias familias adaptadas a distintos rangos de tensión, corriente, formato y aplicación. Por ejemplo:
- Mitsubishi Electric con su serie MISOP, diseñada para sistemas compactos y de bajo coste, como inversores de baja potencia en electrodomésticos y aplicaciones industriales ligeras.
- Infineon Technologies ofrece la gama CIPOS, muy utilizada tanto en consumo como en industria.
- STMicroelectronics con la familia SLLIMM, idónea para el control de motores desde unas decenas de vatios hasta varios kilovatios.
- ROHM y ON Semiconductor también disponen de soluciones adaptadas a electromovilidad y energías renovables.
- Sensitron ha lanzado modelos pioneros como el SPG025N035P1B, empleando FET eGaN EPC2050 (350V), logrando una notable reducción de tamaño y mejorando la conducción térmica.
Las mejoras constantes en los procesos de fabricación, encapsulado y materiales (SiC, GaN, etc.) han permitido a estos fabricantes desarrollar productos con mayores prestaciones, menor tamaño y coste más contenido.
Aplicaciones principales de los chips IPM
El abanico de aplicaciones de los módulos de potencia inteligentes es muy amplio, abarcando desde la electrónica de consumo hasta las grandes instalaciones industriales. Los usos más frecuentes incluyen:
- Control de motores eléctricos: Los IPM son clave en la gestión de motores debido a su capacidad para manejar corrientes y tensiones elevadas, con protección integrada frente a fallos. Se emplean en vehículos eléctricos, trenes, maquinaria industrial, bombas y ventiladores.
- Electrodomésticos de última generación: Aire acondicionado, lavadoras, secadoras, frigoríficos, lavavajillas y aspiradoras integran IPM para maximizar la eficiencia energética y prolongar la vida útil de los componentes.
- Sistemas de energía ininterrumpida (SAI/UPS), donde es fundamental proporcionar energía fiable y constante, evitando caídas y pérdidas de datos.
- Conversores e inversores de energía: Ya sea en sistemas residenciales o industriales, los IPM permiten convertir corriente continua en alterna y viceversa, optimizando la eficiencia del sistema.
- Sistemas de energías renovables: Instalaciones solares y eólicas recurren a los IPM para gestionar la conversión, el control y la monitorización de la energía generada, haciendo posible un funcionamiento fiable aún en condiciones variables.
- Automoción y movilidad eléctrica: Además del control de motores, se utilizan en cargadores a bordo, compresores de aire acondicionado y sistemas auxiliares en vehículos eléctricos e híbridos.
- Informática y centros de datos: Los IPM favorecen fuentes de alimentación de alta eficiencia, reduciendo el tamaño, el consumo energético y los costes de refrigeración de servidores.
Su presencia en el día a día es ya un hecho, aunque muchas veces pasa desapercibida por su integración en el propio hardware.
Circuitos de protección y funcionamiento seguro
Uno de los puntos fuertes de los chips IPM reside en la sofisticación de sus circuitos de protección, esenciales para garantizar el correcto funcionamiento en ambientes exigentes. Entre las funciones de protección habituales podemos destacar:
- Protección frente a subvoltaje (UV): Si la tensión de alimentación cae por debajo de un umbral determinado (por ejemplo, 12.5V), se bloquea la accionamiento de compuerta y se emite una señal de fallo.
- Protección contra sobretemperatura (OT): Gracias a sensores integrados cerca de los chips IGBT, el sistema detecta cuando se supera la temperatura máxima y bloquea la operación para proteger el módulo.
- Detección de sobrecorriente (OC): Supervisando el flujo de corriente en tiempo real, los IPM pueden bloquear el accionamiento y generar alarma si se exceden los límites admitidos.
- Protección frente a cortocircuitos (SC): La detección instantánea (<100ns en algunos diseños) de corrientes de cortocircuito permite desconectar el sistema y evitar daños irreparables.
- Salidas de señal de fallo (Fo): Ante cualquier evento de protección, los IPM emiten una señal que puede ser explotada por el sistema de control externo para realizar diagnósticos o aplicar medidas adicionales.
Conviene recordar que, aunque la protección interna de los IPM es muy avanzada, en sistemas críticos siempre se recomienda añadir circuitos de protección externos para cubrir cualquier eventualidad adicional.
Innovaciones recientes: IPM de nitruro de galio y carburo de silicio
En los últimos años, la integración de materiales semiconductores avanzados como el nitruro de galio (GaN) y el carburo de silicio (SiC) ha supuesto una revolución en la electrónica de potencia. Estos compuestos permiten aumentar la densidad de potencia, reducir las pérdidas y trabajar a frecuencias mucho más altas, lo que se traduce en sistemas más pequeños, ligeros y eficientes.
Los IPM basados en GaN alcanzan eficiencias del 99% en la etapa de potencia, lo que elimina en muchos casos la necesidad de componentes de refrigeración como los disipadores de calor, simplificando el diseño y reduciendo costes.
El retardo de propagación y el tiempo muerto (por debajo de 150 ns en algunos modelos) se ha reducido considerablemente, permitiendo frecuencias de conmutación mucho más elevadas y mejorando el rendimiento acústico en aplicaciones como el control de motores.
Por su parte, los módulos IPM de SiC ofrecen gran resistencia a tensiones elevadas, altísimas velocidades de conmutación y un rendimiento térmico sobresaliente, factores determinantes para su adopción en vehículos eléctricos de nueva generación y aplicaciones de energías renovables.
Estas tecnologías han abierto la puerta a formatos aún más compactos y eficientes, facilitando el avance de la electrónica de potencia hacia sistemas cada vez más inteligentes y sostenibles.
Tendencias del mercado y adopción global
El mercado global de los módulos de potencia inteligentes IPM está experimentando un crecimiento muy robusto, impulsado por la electrificación de múltiples sectores y la necesidad de soluciones más eficientes y fiables. Según estudios recientes, el valor del mercado alcanzó los 2.120 millones de dólares en 2024, con previsión de superar los 3.630 millones en 2029, a un ritmo anual compuesto cercano al 10%.
Entre los motores de crecimiento más destacados se encuentran:
- La digitalización y la automatización industrial, que demandan sistemas de control más inteligentes y seguros.
- El auge de la movilidad eléctrica, tanto en automoción como en transporte público y vehículos industriales.
- El desarrollo de energías renovables, donde la gestión eficiente y fiable de la energía es clave para el éxito de grandes instalaciones fotovoltaicas y eólicas.
- La creciente adopción en electrónica de consumo, sobre todo en electrodomésticos de alto rendimiento energético.
Las previsiones apuntan a que los mercados de América del Norte, Europa y Asia-Pacífico seguirán liderando la adopción de IPM, especialmente conforme crezcan la demanda de vehículos eléctricos, dispositivos inteligentes y energías limpias.
Segmentación del mercado de IPM
El mercado de los IPM se organiza fundamentalmente en torno a varios ejes:
- Por voltaje operativo: Los dispositivos se agrupan en gamas de 600V y 1.200V, abarcando la mayoría de las aplicaciones industriales y domésticas.
- Por tipo de dispositivo de potencia: Predominan los IGBT, aunque los MOSFET y especialmente los dispositivos de GaN y SiC están ganando cuota rápidamente en las aplicaciones más exigentes.
- Por aplicación: El abanico va desde la electrónica de consumo, servoaccionamientos, transporte, energías renovables, hasta usos más especializados.
- Por región geográfica: Además de Norteamérica, Europa y Asia-Pacífico, otras áreas como Latinoamérica y Oriente Medio empiezan a mostrar un crecimiento destacado.
Algunos ejemplos concretos de aplicaciones y empresas líderes:
- Electrodomésticos (lavadoras, aires acondicionados, ventiladores): Infineon, STMicroelectronics, Mitsubishi Electric.
- Industri automotriz (cargadores, sistemas de propulsión): ON Semiconductor, ROHM, Sensitron, Fuji Electric.
- Energías renovables (inversores solares, sistemas eólicos): Infineon, Mitsubishi, STMicroelectronics.
- Electrónica de consumo inteligente: ON Semiconductor, Sensitron.
Las demandas de miniaturización, eficiencia y robustez seguirán impulsando el desarrollo de nuevos modelos adaptados a cada segmento de mercado.
Ventajas y desafíos en el desarrollo de IPM
El principal atractivo de los chips IPM reside en el enorme ahorro de tiempo y recursos que suponen para los diseñadores de hardware. Al integrar en un solo módulo funciones que tradicionalmente requerían múltiples componentes, se reduce la complejidad, el número de piezas y el margen de fallo. Además, al disponer de sistemas de protección internos, la fiabilidad general del sistema se incrementa notablemente.
Sin embargo, no todo es un camino de rosas. La integración de cada vez más funciones en un solo encapsulado supone un reto importante en términos de diseño y disipación térmica, especialmente en aplicaciones de alta potencia. A ello se suma el incremento de precio respecto a soluciones discretas, aunque esta diferencia se va estrechando a medida que evolucionan los procesos de fabricación y aumenta la demanda.
Otro punto clave es la necesidad de adaptación y aprendizaje por parte de los ingenieros, ya que trabajar con IPM implica conocer a fondo sus sistemas de protección, interfaces de comunicación y limitaciones térmicas.
Por último, la rápida evolución de los materiales y los estándares obliga a los fabricantes a mantener una continua innovación, integrando tecnologías como GaN y SiC, y asegurando la compatibilidad con las necesidades emergentes de la industria 4.0.
Ejemplos y casos prácticos
Para aterrizar mejor todas estas ideas, veamos algunos casos reales y aplicaciones cotidianas donde los IPM marcan la diferencia:
- Un inversor trifásico para un motor de bomba: Aquí, el IPM se utiliza para conmutar las fases del motor de manera eficiente, detectando cualquier sobrecorriente y desconectando el sistema automáticamente en caso de fallo, evitando costosos daños tanto en el motor como en el controlador.
- Controladores de aire acondicionado doméstico: Los IPM permiten gestionar el compresor y el ventilador con gran precisión, monitorizando constantemente la temperatura y el estado de la carga, lo que resulta en menor consumo de energía y mayor vida útil del equipo.
- Sistemas de propulsión eléctrica en vehículos: Gracias a su capacidad para manejar altas tensiones y currientes, y a la integración de protecciones avanzadas, los IPM aseguran un funcionamiento fiable y seguro en sistemas de tracción de coches, autobuses o trenes.
- Unidades de alimentación para servidores y centros de datos: La eficiencia y densidad de potencia de los IPM permite reducir el espacio y los costes de refrigeración, clave en instalaciones donde el consumo energético es un factor crítico.
- Inversores fotovoltaicos residenciales: En instalaciones solares residenciales, los IPM facilitan el control inteligente de la conversión de energía y la respuesta rápida frente a caídas de tensión o sobrecorriente.
Estos son sólo algunos ejemplos; la versatilidad de los IPM hace que su presencia sea cada vez más habitual en todo tipo de sistemas electrónicos modernos.
Perspectivas futuras y desarrollos emergentes
La hoja de ruta de los IPM apunta a una integración todavía mayor, con módulos cada vez más compactos, ligeros y eficientes. El avance imparable de los materiales de banda ancha (GaN, SiC) está permitiendo desarrollar IPM que superan en todos los aspectos a los módulos convencionales de silicio.
La tendencia es hacia la digitalización y la conectividad, incorporando interfaces inteligentes que permitan la diagnosis remota, la actualización de firmware y la integración con sistemas de mantenimiento predictivo. Conocer en profundidad estas tecnologías puede ser de gran ayuda para entender la integración de los IPM en las redes inteligentes.
Las aplicaciones en movilidad eléctrica, energías renovables, automatización industrial y smart home seguirán creciendo exponencialmente, ya que los IPM son la base sobre la que construir dispositivos más seguros y eficientes.
Entre los desafíos a superar destaca la continua reducción del coste por vatio, la mejora de la disipación térmica, y la adaptación a los diferentes estándares internacionales de seguridad y compatibilidad electromagnética. Los esfuerzos de colaboración entre fabricantes y grandes empresas tecnológicas (como los acuerdos recientes entre Siemens y Mitsubishi o las innovaciones conjuntas de Infineon y Sensitron) están acelerando la llegada al mercado de soluciones cada vez más sofisticadas.
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